Por un periodo de 6 meses aproximadamente, o si sus niveles de inmunosupresión son elevados, recomendamos que no coma alimentos crudos.
A continuación le explicamos una serie de normas de higiene alimentaria sobre manipulación, preparación y conservación de alimentos que es necesario seguir para evitar contraer alguna enfermedad infecciosa.
- Lavarse las manos antes y después de la manipulación de alimentos.
- El utillaje y superficies de trabajo han de estar bien limpios (se ha de limpiar a conciencia los utensilios de madera, batidoras y máquina de picar).
- Todo el material que ha estado en contacto con alimentos crudos se ha de lavar antes de usarlos para alimentos preparados.
- Utilizar métodos de cocción que sometan los alimentos a altas temperaturas (cocción, fritura, horno).
- Comprar en establecimientos de confianza y comprobar las fechas de caducidad.
- Rechazar los productos de procedencia dudosa o aspecto extraño.
Carnes frescas
No es preciso lavarlas. Conservar en el frigorífico, permitiendo que el agua que escurre quede separada de la carne. Consumir antes de 2 días.
La carne picada debe picarse en una máquina limpia, sin restos, y consumirse en el día.
Cocinar a temperaturas elevadas (ideal llegar a 70ºC), durante suficiente tiempo para que las zonas interiores pierdan su color rojo; no se pierden cualidades nutricionales y es el único modo seguro de eliminar los gérmenes (como por ejemplo, la E. Coli que produce problemas gastrointestinales).
Pescados frescos
Deben presentar un aspecto externo y olor “frescos”, y mantenerse refrigerados hasta su consumo, como máximo 24 horas.
Utilizar métodos de cocción que sometan los alimentos a altas temperaturas (cocción, fritura, horno).
Frutas y verduras
Conservar refrigerados y aireados.
Lavar a chorro, eliminando restos de tierra e insectos. Cocer las verduras el tiempo adecuado (que quede blando pero sin exceso para no perder la cualidades nutritivas).
Las frutas deben pelarse y no consumir aquellas que presenten golpes, picaduras de insectos, estén demasiado maduras o presenten “moho”.
Las hortalizas crudas se lavan enteras en agua con lejía (10 gotas de lejía en 1 litro de agua) durante 30 minutos. Luego volver a lavar a chorro.
Los zumos de frutas naturales se deben tomar al momento (las frutas han de estar lavadas y peladas).
Huevos
Comprobar la fecha de caducidad. Conservar siempre en el frigorífico.
Antes de abrirlos, limpiar la cáscara con un paño húmedo (no se aconseja sumergirlos para lavarlos ya que los gérmenes pueden penetrar en la cáscara porosa).
No consumir huevos crudos (por ejemplo, en mayonesa, o huevos fritos ya que queda la yema cruda). Pueden consumirse en tortilla pero bien cuajada.
Actualmente se comercializan huevos pasteurizados que ofrecen más garantías.
Leche y derivados
Consumir preferiblemente leche semidesnatada higienizada (es decir, uperizada, pasteurizada). Podéis comer derivados (quesos, yogures, flanes) siempre que estén hechos con leche tratada. Vigilar la caducidad de los productos y no consumir quesos con moho.
Guisos caseros
Si no se consumen inmediatamente después de su elaboración, introducirlos en recipientes tapados y consumir antes de 24 horas. No se debe añadir nada crudo después de su preparación.
Guardar por separado las salsas.
Alimentos envasados
Consumir marcas de confianza.
Respetar las instrucciones de conservación, manipulación y caducidades.
Comprobar el estado del envase: rechazarlos si están deteriorados, manchados. No consumir latas con mal aspecto (oxidadas, abombadas o que desprenden gas a abrirlas).
Ante cualquier duda, no consumir productos con mal aspecto, olor o sabor extraños.
Las bebidas embotelladas y latas de conserva una vez abiertas deben guardarse tapadas en el frigorífico un máximo de 24 horas. Los productos enlatados deben cambiarse a recipientes de plástico o vidrio para evitar la oxidación.
En las bebidas, vaciar el contenido en un vaso limpio. No beber directamente de la lata.
Para los productos congelados debes respetar la cadena del frío (comprarlos los últimos, meterlos en bolsas isotérmicas o doble bolsa y guardarlos los primeros en cuanto lleguéis a casa). No comprar productos con escarcha o envases estropeados y nunca recongelar. Es aconsejable descongelar los alimentos en la nevera y no a temperatura ambiente.